Uno de los principales atractivos en la ruta del Cister es visitar los tres monasterios (Santes Creus, Poblet y Vallbona de les Monges). Vamos a realizar un paseo virtual por ellos para que te hagas una idea de lo más destacable de una de las rutas más especiales de nuestro país. En Circuitos por España puedes realizar la ruta del Cister con toda comodidad.
Los 3 monasterios de la Ruta del Cister
Monasterio de Santes Creus
Es el que reproduce más fielmente el plan bernardino de construcción. Su gran tamaño y conservación hace de él uno de los más espectaculares. Se funda en 1.168 y la nobleza y los reyes lo protegieron, manteniendo la vida monástica hasta 1.835.
Este centro espiritual destaca por una iglesia de gran sobriedad, donde están las tumbas reales de Pedro el Grande, Jaime I y su esposa Blanca de Anjou, además del gran almirante Roger de Llúria. Es posible admirar vitrales cistercienses y de estilo gótico, así como un retablo barroco de José de Tremulles.
Monasterio de Poblet
Quizás el más conocido popularmente. Es un conjunto arquitectónico y uno de los monasterios de mayor tamaño de Europa. En él reside una gran comunidad monástica que de este modo colabora a mantener la espiritualidad del lugar. Además de contar con una espectacular iglesia cisterciense, se conservan buena parte de las construcciones que se fueron realizando de acuerdo con las necesidad de una comunidad en plena expansión.
Un hecho importante fue que Pedro III el Ceremonioso (1.336-1387) hizo del monasterio el panteón real de la dinastía. El monasterio de Poblet es el mayor de la Ruta del Cister y el único que conserva comunidad de monjes. En 1.991 obtuvo la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Monasterio de Vallbona de les Monges
De 1.153 son las primeras referencias que tenemos de este monasterio que se encuentra en el municipio de Vallbona de les Monges en la comarca del Urgell.
Hablamos del único monasterio femenino en la Ruta y también del único que ha conseguido albergar a la comunidad durante más de 850 años, a excepción de los tiempos de conflictos armados.
Sus pequeñas dimensiones y una belleza única, hacen de él un exponente nítido de lo importante que fue la mujer en los tiempos medievales. En el monasterio destacan dos cimborrios góticos, el mayor de ellos es sobre el que reposa todo el peso de la nave de la iglesia. Una de las características más especiales es que cuenta con una hospedería. En 1.931 fue declarado como monumento histórico-artístico.
Existe la posibilidad de visitar individualmente cada monasterio o adquirir una entrada conjunta para poder disfrutar de los tres. Una oportunidad magnífica de disfrutar del arte, la espiritualidad y la naturaleza en Cataluña.