La capital de Suecia es un lugar con embrujo y encanto. Escenario habitual de la entrega de los Premios Nobel, esta ciudad de apenas un millón de personas es un lugar encantador para visitar en primavera o verano, que es cuando las temperaturas resultan algo más llevaderas, aunque realmente aquí hay que venir siempre acostumbrado al frío.
Estocolmo está lleno de museos, palacios, iglesias y parques. Con una arquitectura característica y un ambiente que siempre rezuma un bello gusto estético, la ciudad sueca enamora a sus viajeros por su amplia variedad de ofertas culturales, sin olvidar la hermosura de sus paisajes y, sobre todo, las numerosas islas que se agolpan en las aguas del mar Báltico.
Cosas que no te puedes perder en Estocolmo
Sería muy largo de enumerar todos los lugares con encanto que puedes encontrar en Estocolmo. En nuestro viaje por los países bálticos puedes adentrarte en la belleza de este maravilloso país, que por cierto a diferencia de su vecino Noruega forma parte de la Unión Europea y puedes entrar libremente.
Construido sobre 13 islas, Estocolmo es una ciudad en el que el agua es principal protagonista. Por su cercanía a otros países del báltico, es un gran punto de partido para poder visitar otras ciudades del norte de Europa. Desde allí se puede tomar un ferry hasta Turku, una ciudad finlandesa aunque con una poderosa influencia sueca.
Entre los múltiples lugares de interés en Estocolmo, cabe destacar el Museo Vasa, un antiguo buque de guerra, que se hundió en el año 1628, y hoy se puede visitar en la isla de Djurgarden. Vale también la bonita Casa Consistorial, que es donde se realiza el banquete de los Premios Nobel.
Es de gran importancia también hacer una visita al Museo Moderno, diseñado por cierto por el arquitecto español Rafael Moneo. En él podrás encontrar una vasta muestra de obras de arte moderno europeo.
Para quienes busquen aventuras y diversión, en el parque de atracciones Gröna Lund. Se encuentra en la isla de Kungliga Djurgarden, junto a Skansen. En él podrás encontrar preciosas montañas rusas y atracciones muy originales que harán las delicias de los más pequeños.
Merece también la pena visitar el Palacio Real de Estocolmo, en el que se encuentra la residencia oficial del Rey de Suecia. En él podrás ver también cada día el cambio de guardia.
Y por supuesto también tenemos que hacer una visita al encantador centro histórico de Estocolmo, en el que disfrutarás de sus muchos restaurantes, sus calles estrechas, sus pequeñas tiendecitas o también el famoso callejón Marten Trotzigs Gränd,
Una experiencia inolvidable que te hará querer volver otra vez al hermoso Estocolmo.