Pequeña (unos 90 kilómetros), con una población de unos 3.400 habitantes, esta es una de esas islas que merecen una visita: Isla Vis. Se sitúa en la región croata de Dalmacia y está conectada por ferry con Split y, en verano, también con la ciudad portuaria de Ancona (Italia).
Isla Vis es uno de esos paraísos aún no masificados, un destino ideal para los que buscan una desconexión y relajación total. Fácilmente recorrible en coche, ofrece además una excursión que te dejará con la boca abierta: la Cueva Verde, que podrás conocer en una escapada de dos horas de duración.
Vis fue ocupada a lo largo de la historia por la cultura romana, griega, bizantia, eslava y veneciana, todas culturas que han dejado su pequeño legado en la isla como la necrópolis, palacios e iglesis; a partir del siglo XX fue un lugar demandado por su localización estratégica, que fue convertida en base marcial hasta el año 1989. Es por ello que Isla Vis aún es un destino no masificado, virgen. Su paisaje se impregna en la retina: dunas, valles fértiles, viñedos, bahías y playas, además de dos núcleos urbanos, Vis y Komiza, entre los que se reparte la población total de la isla.
Bahías, playa y naturaleza
Son el orgullo de los visane: Stiniva, una pequeña bahía cerrada por rocosas murallas de 35 m de alto, (a la que es recomendable llegar por mar, pues a pie resulta dificultoso). Srebrna -playa plateada-, una de las playas más bellas de todo el Adriático, con agua muy cristalina y rodeada de frondosos bosques, Milna, de las pocas playas de arena, Zaglav, Stoncica, Rukavac (con un mar de color turquesa impresionante), Gusarica, Nova Posta, etc.
Y, después, las joyas de la corona: Modra Spilja (cueva azul), que muchos asemejan a la italiana cueva de Capri y Želena Spilja (cueva verde) una cúpula oscura con una fisura que desde lo alto deja pasar los rayos del sol.
Isla Vis, una de esas islas que merecen, al menos, ser visitadas una vez en la vida.
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