Como ya adelantábamos en este artículo, hoy da comienzo el mes del Ramadán, una época en el que el mundo musulmán inicia un período de recogimiento, de ayuno alimentario y espiritual y en el que los lazos familiares se ven potenciados gracias a la cena que rompe el ayuno. Tras horas de esfuerzo, llevado a cabo desde que amanece hasta que se pone el sol, llega el momento de poder disfrutar de nuevo de la comida, la bebida e incluso las relaciones sociales, ya que son frecuentes las visitas a parientes, familiares y amigos tras la cena.
(Derechos de imagen: Ramadan_by_bishoujo23)
Los más de 1.600 millones de musulmanes no pueden durante el Ramadán ni comer, ni beber, ni fumar, ni blasfemar ni tener relaciones sexuales hasta el anochecer, un mes que este año será más duro ya que coincide con el inicio del verano y las altas temperaturas, y el ayuno implica también no poder beber agua.
Aún así, el mundo musulmán facilita un poco el llevar a cabo este período con algunas medidas: cafés y comercios cierran en las horas tempranas y abren al atardecer y los trabajadores finalizan algo antes su jornada laboral para preparar la cena, momento de la ruptura del desayuno e inicio de las tradiciones del Ramadán, como las visitas a parientes ya mencionadas, donde se suelen servir los dulces del Ramadán (unos dulces muy calóricos, elaborados a base de miel y hojaldre).
¿Cómo afecta el mes sagrado del Ramadán a los turistas que visitan países musulmanes?
Algunos países, sobre todo los que reciben mucho turismo, siguen el Ramadán de forma más suave, abriendo sus establecimientos para poder prestar servicio. Pero sí es cierto que los horarios de las visitas y monumentos pueden verse alterados, así como bancos, entidades administrativas, etc. Lo mejor es consultarnos cuando reserves tu viaje a Turquía, Jordania, Emiratos Árabes, Egipto, Irán, etc., de forma que sepas de antemano qué posibles variaciones pueden tener lugar en los circuitos previstos. Lo que sí está claro es que de día encontrarás poblaciones “dormidas en el tiempo” y disfrutarás viendo como, al atardecer, las ciudades comienzan a vibrar con un nuevo ritmo vital.
¡Feliz Ramadán!