Río de Janeiro, la famosa ciudad brasileña, ha declarado como patrimonio turístico de la ciudad las escaleras de Selarón, dado el interés (y las miles de fotos) que demuestran los turistas hacia ellas. De esta forma, se preservará para que no pueda ser demolida ni reformada en el futuro.
Las coloridas escaleras de Selarón son un nexo de conexión entre Lapa, el barrio más bohemio de Río de Janeiro, de gran vida nocturna y el de Santa Teresa, llamado también el “Montpellier” carioca gracias a las numerosas edificaciones antiguas y porque en Santa Teresa se concentran la mayoría de estudios de arte.
Creadas por el artista chileno Jorge Selarón, instalado en Río de Janeiro en 1983 y que, de motu propio, siete años más tarde comenzó a decorar las escaleras de cemento de la Calle Manoel Carneiro con alegres azulejos de colores. A lo largo de esta particular decoración, el artista fue cambiando e intercambio azulejos, llegando a incluir piezas de cerámica recogidas en sus viajes por el mundo o regaladas por los turistas que se acercaban a ver esta creación artística “en vivo”, que cuenta con 215 peldaños.
En el año 2013 el artista fue encontrado muerto a los pies de las escaleras de Selarón, por lo que la declaración de patrimonio de la ciudad sirve también como homenaje a su obra.
Río de Janeiro, ciudad de grandes contrastes, atrae cada vez un mayor número de turistas y visitantes gracias a sus inmensas playas (¿quién no ha oído hablar de las playas de Copacabana o Ipanema) y puntos de gran interés como el famoso Cristo Redentor (o Cristo del Corcovado, nombre del cerro sobre el que está situada la estatua), el Pan de Azúcar o el Parque Natural del Tijuca (el mayor bosque urbano del mundo). A partir de la iniciativa municipal, las escaleras del Selarón, tendrán su hueco en las guías de viajes de Río de Janeiro.
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