Si Rusia y su historia y cultura te atraen, es muy posible que te hayas preguntado qué es un kremlin. Hoy vamos a sumergirnos y conocer cómo surgieron.
Si tenemos en cuenta que las vastas llanuras rusas no disponen de protección montañosa, es lógico pensar que los habitantes de estas extensiones de tierras pensaran en fortificar sus ciudades para defenderse de las incursiones enemigas. Si en el resto de Europa existían simples poblados, en Rusia las casas siempre estaban “fortificadas” que recibían el nombre de “górod” (que originariamente significaba “terreno vallado”).
Ya en la época medieval la abundancia de estas ciudadelas fortificadas le valió a Rusia el nombre de Gardariki, “el país de los castillos” en lengua escandinava. Y en verdad estas fortalezas (que comenzaron a llamarse “kremlin” llegaron a ser más de 400 antes de la invasión mongola del siglo XIII. El nombre de “kremlin” procede de “krepki”, que significa “fuerte”.
Los kremlins originales estaban formados por la tierra circundada por altos muros de madera de hasta seis metros de grosor, en cuya cima los arqueros podían defender el kremlin disparando a los atacantes. En las torres formadas por troncos, se situaban catapultas. A menudo, para mayor seguridad, se construían fosos con picas de madera para evitar que el enemigo entrase.
Si bien existían algunos kremlins en piedra, la gran mayoría estaban construidos como hemos comentado de madera; incendiados durante la invasión mongola. A partir del siglo XIV, las siguientes fortificaciones fueron construidas en piedra y la primera de todas ellas fue una que todos conocemos: el kremlin de Moscú, edificado en piedra blanca en el año 1.360.
En la construcción del Kremlin de Moscú participaron picapedreros venidos de toda Rusia, encargados de cortar los bloques en las canteras de piedra blanca abiertas en las inmediaciones de la ciudad. Una vez terminada, la fortaleza contaba con muros de 6 metros de altura que bordeaban la ciudad: seis puertas, 10 torres vigía, iglesias, casas, talleres, etc. Todo se encontraba dentro del kremlin, un kremlin que demostró su eficacia defensiva apenas un año después del fin de la obra, cuando fue atacado por el ejército lituano del Gran Duque Algirdas.
En el año 1485, debido al deterioro de los muros, Iván III, Gran Príncipe de Moscú, ordenó construir nuevos muros, ahora de ladrillo rojo, una modificación supervisada por grandes arquitectos militares italianos.
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